El virus, el COVID 19 se marchará para volver más cierto que falso, pero el virus que a infectado hasta el tuétano a la sociedad española por parte del maldito gobierno quedará.
No s puede hacer peor para el ciudadano.
Se han conjuntado en esta "suerte" dispar, todas las anomalías posibles y todos los virus perjudiciales, no solo ya para los ciudadanos por si, si no para su economía que implica directamente su supervivencia.
Al fin, la política se reduce a la administración de bienes, una simple y llana cuestión: el origen y aplicación de riqueza.
Desde el inicio de los tiempos los humanos se dividieron en dos grandes clases: trabajadores y vividores del cuento, vividores "de carga" es decir: el lastre que arrastra el trabajo, las ideas, el futuro en una palabra.
Los más incompetentes siempre quisieron, en principio vivir del que trabaja. De aquello de "la tierra para el que la trabaja" al "impuesto para los ricos". Y e ahí la cuestión: no quieren ser ricos trabajando, lo que realmente quieren es no trabajar pero ser ricos.
¿Cómo?
El único acceso a esto es a través de la política y de la falsa "democracia" . Del "un hombre, un voto", se pasa a impuestos para la canallesca clase trabajadora.
¿Cómo?
Fijense, lo primero que hacen es votar que el sueldo de los políticos claro, está y será libre de impuestos.
Se juntan, se felicitan y se aprueba.
No pasa nada. El pueblo calla.
Y trabaja.
Les parece poco y se dan prebendas por "comisiones" que implican trabajo, por desplazamiento, por pernoctar, por lo que sea.
Y el pueblo calla
Les queda una cuestión...¿La justicia? Van por ella y la destrozan. Hay que ponerse d eacuerdo en su aplicación: deja de ser justa.
Y el pueblo calla
Insultan a todo aquel que les dice que están robando y perjudicando a los trabajadores. Les llaman fascistas y no hay nadie que sepa lo que eso significa porque antes han acabado con los estudios y estudiosos. Inventan y describen a su manera la historia.
Y el pueblo calla.
¿Hasta cuando?